Henar Fernández Molinero y Laura Ezquerra Casaus
Forman parte del equipo médico y han viajado en varias ocasiones a Pakistán.
Todo comienza cuando a mitad de Julio 2017, hacemos nuestros petates y nos vamos a Pakistán, concretamente al valle de Hushé, junto a la fundación Sarabastall.
Es nuestra primera vez, estamos nerviosas, no sabemos muy bien a lo que nos enfrentaremos, pero ese petate va cargado de ilusión y sólo con eso nos sentimos capaces de todo....
Salimos desde Barcelona, ya en el aeropuerto hay mucha gente de la fundación, cuyas palabras reconfortan, sabemos que ese viaje va a suponer un antes y un después en nuestras vidas.
Llegamos a Islamabad junto con todos nuestros compañeros: Marc, Javier, Cristina, Pili, Pilar y el equipo de novatos: Ángel, Henar y Laura. A pesar de ser unos desconocidos, conectamos rápido entre nosotros y los veteranos nos acogen acaloradamente.
De Islamabad a Skardú....en avión....hemos tenido suerte! No tendremos que coger la famosa Karakorum.... aunque no nos hubiera importado recorrerla por un trayecto corto, por la cosa de vivir la experiencia...
En Skardú compramos medicamentos y nos alojamos en El hotel Concordia, donde nos sorprenden la cantidad de fotos y alusiones a Sarabastall.... increíble!
Y desde Skardú, un largo viaje que nos lleva a un pueblecito llamado Hushé, ese que tanto habíamos buscado en el Google antes de ir (sin mucho éxito.... ) Allí niños y mayores nos estaban esperando con los brazos abiertos. Era patente el cariño que tiene este pueblo a la fundación. Lo agradecidos que se mostraban y el cariño que nos daban, es el reflejo de la gran labor que viene haciendo Sarabastall durante todos estos años. Fue un recibimiento espectacular. Los miedos que teníamos por el hecho de ir a Pakistán por primera vez, se desvaneció en aquel mismo momento.
Y los días fueron pasando, teníamos que trabajar duro, pero valía la pena y todo esfuerzo era poco. Los primeros días estuvimos pasando consulta en Kande y finalmente en Hushé. Llamaba la atención las diferencias de ambos dispensarios, se notaba que en Hushé había habido un trabajo previo, tanto por parte de la fundación como del equipo sanitario. Los días de consulta en Kande eran todo un caos, que poco a poco iba mejorando. La gente transmitía mucha desesperación, ya que todos querían ser atendidos. Las patologías más destacables son la polio, sarna, la tenia, hipertensión y tuberculosis, entre otras...
Este año contábamos con tres ecógrafos, que fueron muy útiles en la detección de muchas de las enfermedades y control de embarazadas.
Una de las novedades de este año es que realizamos medicina regenerativa, con infiltraciones de plasma del paciente, gracias a la gran labor de Javier.
Para que todo el valle de Hushé tuviera una mayor formación sanitaria, preparamos unos talleres de curas y suturas, reanimación cardiopulmonar, ecografía e hipertensión. Fue un éxito de asistencia pero sobretodo nos quedamos con el gran interés de los asistentes.
No podemos dejar de nombrar en este viaje a Karim, una persona extraordinaria, buena, bondadosa, protectora, el cual estaba pendiente de nosotros en todo momento. Demuestra un gran cariño hacia la fundación, un referente para todos, siempre con una sonrisa y viviendo cada momento que le brinda la vida como si fuera el último. Un ejemplo de esfuerzo y superación.
Como tampoco olvidamos el momento de conocer a los estudiantes en la residencia de Ghulam. Esas niñas explicándonos sus expectativas de futuro…complicado retener la emoción....
Era de esperar, la experiencia no defraudó. Volvimos maravilladas. Especialmente por el gran trabajo que ha realizado la fundación en esta pequeña población y sobretodo por su gente. Tanto los habitantes de Hushé como los compañeros de batalla, ya amigos. Gracias por ser como sois y por darnos todo vuestro apoyo. Gracias por la sensación de equipo. Gracias por cada sonrisa mañanera. Gracias por hacernos todo tan fácil. Gracias a todos por transmitir esa alegría y esas ganas de vivir que allí se contagian como la peor de las enfermedades. A los de aquí y a los de allí, daros un millón de gracias. ¡Sois únicos!