Mari Cruz Lasheras Vicente
Voluntaria de la Fundación Sarabastall.
Un país lejano y desconocido para nosotros. Envuelto en misterios y tan distante que ni siquiera la imaginación es capaz de dibujar. Una aldea pequeña y abrupta. Situada en un valle tallado entre montañas. Un hombre vital, ávido de aventura, buscando lo imposible. Y un grupo de personas que constituyen una pequeña ONG.
Un país, una aldea, un hombre y un grupo de personas. Son los protagonistas de esta sencilla historia.
El primero, el país, es Pakistán. Un estado islámico situado en el sur de Asia y que tiene fronteras con Irán, Afganistán, China e India. El sexto país más poblado de la tierra, con 165 millones de habitantes, la mayoría musulmanes.
La segunda, una aldea, Hushé. Una pequeña población pakistaní situada en el Baltistán, en la región llamada Área Norte, a unos 3200 m. de altitud sobre el nivel del mar. El último enclave habitado en el valle del mismo nombre, antes de las grandes cimas. Paisaje espectacular de alta montaña, rodeado de 5 picos de más de 8000 metros. Sus gentes han sobrevivido de una forma precaria los avatares de su destino. Enredados en la inestabilidad física de un terreno que no deja de moverse. Ajenos a una inestabilidad política, de un gobierno que no sabe que existen. Sujetos a una inestabilidad cultural enganchada al Islam, a sus tradiciones y a sus obligaciones.
El tercero un hombre, Sebastián Álvaro, director del programa de televisión “Al filo de lo imposible”, que en su imparable deambular por el mundo fue dibujando un punto en su mapa mental. Cada año, a su paso por esta pequeña aldea, de camino a las grandes montañas, el punto se hacia más grande y ejercía mayor magnetismo. Sebas descubrió en Hushé un paisaje que le cautivó, unas montañas a las que amar hasta lo imposible y unos silenciosos colaboradores que le enseñaron lo que es la lealtad y la fortaleza humana, y entre todos ellos encontró a un verdadero amigo, Littel Karim, uno de los mejores porteadores de altura.
El cuarto y último componente de esta historia es un grupo de personas sencillas y solidarias, que desde el Bajo Aragón zaragozano, trabajan desde hace más de veinticinco años en actividades de animación y dinamización con niños y jóvenes. Un grupo de personas comprometido con su entorno y con aquellos lugares de la tierra más desfavorecidos.
LA HISTORIA. La historia se inicia en el ya lejano año 2000, cuando el otoño daba sus pinceladas ocres al paisaje, y la nostalgia invadía las estancias… Sebastián Álvaro llegó hasta la comarca de Caspe, una población de la provincia de Zaragoza para participar en un Ciclo de Montaña. Tras una interesante conferencia, llega el momento más íntimo, ese en el que se desgranan confidencias… Y así, compartiendo aventuras, Sarabastall oyó hablar de Hushé: “una pequeña aldea pakistaní…” “uno de los lugares más bellos de la tierra…” “una gente tan grande como sus montañas…” “un lugar que necesita, y merece ayuda”.
La fuerza, la seducción, la garra, la energía que encerraban sus palabras nos hizo soñar con lo que nos parecía realmente imposible, desarrollar un proyecto de cooperación en Hushé. En el verano de 2001, de la mano de Sebas, cuatro miembros de Sarabastall viajaron por primera vez hasta Hushé…
Y así, de la generosidad de un hombre, nació un proyecto de cooperación.
Tras aquel primer viaje han venido muchos más... pero como dice María Zambrano, “hay una línea imperceptible, un nivel desde el cual el corazón comienza a sentirse sumergido”. Fue ya en aquel primer viaje, cuando nuestro corazón traspasó la línea imperceptible y comenzó a sentirse sumergido en la realidad de Hushé, en las miradas de sus gentes, en la profundidad de sus paisajes.
EL PROYECTO. Las consecuencias de aquel primer viaje a Hushé en el verano de 2001, fueron la redacción de un proyecto de cooperación y el compromiso por parte de Sarabastall de ponerlo en marcha. Partimos de una primera dotación económica que provenía de un premio concedido a “Al Filo de lo Imposible”, y que ascendía a veinticuatro mil euros.
Desde el estudio y la investigación llevados a cabo en Hushé, y dando prioridad a las opiniones y a las peticiones que el propio Comité, ayuntamiento de la aldea, nos presentó, y teniendo en cuenta el sentir de todo el pueblo, se elaboró el primer borrador del proyecto.
Un mes de agosto fue tiempo suficiente para conocer la realidad. Descubrimos un lugar envuelto en pobreza, con un clima duro y una tierra permeable y escurridiza. Miramos a los ojos de sus niños/as, la mayoría sin escolarizar. Conocimos sus trabajos y sus escasos recursos. Observamos como los hombres de Hushé pasaban muchos meses fuera de casa porteando para las expediciones y como, mientras tanto, las mujeres organizaban y desarrollaban el resto de tareas, la casa, el campo, los animales, los hijos… Percibimos sus ganas de luchar. Escuchamos a sus autoridades, sus peticiones y sus prioridades. En definitiva, reunimos datos necesarios que permitieron valorar la posibilidad de desarrollar un proyecto de cooperación en Hushé.
Junto a los datos económicos, agrícolas, sanitarios y de escolarización, la estancia en aquel lugar nos llenó de motivos con los que comenzar a redactar un proyecto de cooperación. Tras unos meses de análisis se redactó “HUSHÉ 2002-2007, Proyecto de Cooperación Español en Pakistán”.
Un proyecto destinado a propiciar un desarrollo sostenible, que permitiese mejorar la calidad de vida, aprovechar los recursos naturales de la propia aldea, y que al mismo tiempo respetase su cultura y sus tradiciones. El proyecto se sustentó sobre cuatro pilares básicos: educación, sanidad, agricultura y construcción de un refugio-hotel. El objetivo fundamental era conseguir una serie de mejoras en cada uno de ellos:
--“Mejora de la educación”.
Nos propusimos conseguir un aumento significativo del número de niños y niñas que asistían a la escuela.
La mejora de los espacios educativos, adecuación y remodelación de las escuelas. Dotación de material escolar. Ampliación y mejora del mobiliario de las escuelas. Dotar de calefacción los edificios y ayudarles a mantenerlos económicamente.
Becas y ayudas destinadas a familias con pocos recursos para que sus hijos pudiesen acudir a la escuela, y lo más importante, pudiesen continuar sus estudios fuera de de Hushé.
Mejorar la formación de los maestros que desarrollaban la tarea educativa en Hushé, ayudándoles para realizar cursos de especialización y dotándoles de materiales didácticos.
Creación de biblioteca escolar y ludoteca. Un espacio donde los/as niños/as pudiesen leer y tomar prestados libros para ampliar sus estudios.
La puesta en marcha clases de Español durante los veranos, para ampliar su formación y como herramienta de trabajo, ya que son cada vez más los turistas españoles que llegan a la zona.
--“Mejora de la Sanidad e higiene”.
Era necesario y prioritario mejorar la calidad de vida y la salud de todos los habitantes de Hushé, tanto de los adultos como de los más pequeños, para disminuir la mortalidad infantil y aumentar la esperanza de vida en general.
Para conseguir este objetivo era imprescindible formar al sanitario que atendía el dispensario médico en Hushé.
Remodelar y mejorar el espacio físico donde se pasaba consulta, dotarlo de medicamentos e instrumental médico. Crear consultas diferentes para hombres y mujeres, e instalar agua caliente en ellas.
Formar a una mujer como especialista para la atención sanitaria de este colectivo.
Realizar talleres formativos, destinados a mujeres y niños relacionados con la mejora de hábitos de higiene, salud y nutrición.
Construcción de dos edificios con WC públicos, duchas y lavaderos (tipo camping).
Formación y equipamiento para los porteadores, trabajo al que se dedica la mayoría de los hombres, para que realizasen su trabajo en mejores condiciones y evitasen problemas de salud.
--“Mejora de la agricultura”.
El objetivo del proyecto era conseguir que mejorase y aumentase la producción agrícola de los cultivos existentes en la zona, para superar una agricultura de subsistencia. Era también necesario introducir nuevos cultivos apropiados a su clima y composición del suelo.
Dotación de recursos y financiación para la mejora de herramientas y útiles de trabajo en el campo.
Formación de los hombres y mujeres que se dedican a los trabajos agrícolas, tanto en las técnicas de cultivo, como en las semillas utilizadas, buscando un incremento en la producción que permitiese mejorar la alimentación y aumentase los recursos económicos en las familias.
Se proyectó también la creación de un vivero con más de 7000 árboles, que permitiese la repoblación forestal, ante el consumo excesivo de leña utilizada para calentarse y cocinar.
Creación de un sistema de microcréditos, gracias a los cuales las familias recibirán una ayuda económica para la adquisición de semillas y árboles, que tras el cultivo y la venta de los productos podrán devolver.
Formación en hábitos de conservación y respeto al medio natural que es su principal tesoro.
--“Construcción de un Refugio-Hotel”.
Este era el último objetivo y el que nos plantemos a más largo plazo. Con él, se prentendía dar sentido y sostenibilidad a todo el proyecto.
Consiste en la construcción de un pequeño refugio-hotel de 12 habitaciones, con un servicio de alojamiento y comidas, con el que se pueda dar respuesta a las necesidades de expediciones y viajeros que pasen por Hushé. Este, es un lugar de paso obligado para muchas expediciones y muchos treking que se realizan en las montañas del Karakorum.
Con un sencillo alojamiento se conseguiría que estas actividades dejasen un beneficio económico en la aldea, que permitiese seguir manteniendo las becas de educación, dotación de medicinas, semillas… Es decir, el refugio hacía sostenible el proyecto.
El mismo refugio deberá servir para dar a conocer la artesanía del lugar, sus paisajes, y organizar pequeñas excursiones y recorridos por la zona, procurando guías y porteadores a los turistas.
Por último, para dar a conocer los paisajes de Hushé y sus recursos naturales, se editará una guía que recoja itinerarios, flora y fauna del lugar.
DESARROLLO DEL PROYECTO. No ha sido un camino sencillo ni rápido, pero con tesón e ilusión se han conseguido dar cada uno de los pasos que nos han llevado hasta casi el final. El proyecto se ha ido desarrollando en fases y se han ido incorporando, cada una de ellas, a lo largo de los años. Se inició en educación, más tarde se incorporó el trabajo en sanidad y agricultura, y el último paso, el refugio-hotel.
Y se inició por la educación, no por casualidad, sino por dos motivos fundamentales. El primero, nuestro convencimiento de que sin educación no hay desarrollo posible. En segundo lugar, y más importante todavía, porque esa fue la petición del Comité de Hushé en la primera entrevista en el año 2001. Deseaban y creían que lo más importante para su gente era la educación. Esa primera coincidencia nos hizo pensar en el éxito del proyecto, y no nos equivocamos.
Una única idea ha sido el timón de este proyecto: “SUMAR”. Unir fuerzas y recursos.
De aquí: Ayuntamientos, entidades bancarias, el gobierno de Aragón, centros excursionistas, empresas, fundaciones, particulares, voluntarios, asociaciones…
Y de allí: la embajada española, el responsable de salud de la zona, el responsable de educación, el Aga khan (Ong que trabaja en esa zona), el Comité de Hushé…y los habitantes del valle que poco a poco se han ido incorporando y aportando todo su entusiasmo.
De todas estas incorporaciones al proyecto, hay que destacar y señalar como fundamental la del hospital MAZ de Zaragoza, ya que permitió poner en marcha el tema sanitario. Además de aportar recursos y materiales, aparatos y medicinas, el Hospital ha mantenido un grupo de profesionales excepcionales que cada verano han participado en el trabajo de campo en Hushé. Y lo que es más importante, todos ellos han aportado su saber y su experiencia profesional, pero también su riqueza y compromiso personal, pasando a ser parte de Sarabastall.
Destacar también la suma del grupo PROGEA que permitió iniciar la construcción del refugio-hotel.
Utilizando un símil podríamos decir que ejecutar el proyecto ha sido como subir lentamente una gran escalera. Mientras no estaba bien asentado y fijado el escalón no poníamos el pie, y hasta que un pie no estaba seguro, no colocábamos el otro. Y así, poco a poco hemos ido subiendo peldaños...
Antes de poner en marcha cualquier actuación, se ha contado siempre con la opinión del pueblo y con el visto bueno de las autoridades locales y regionales. Siempre ha existido una distribución de responsabilidades y compromisos. Nosotros ejecutábamos una parte del trabajo, pero los habitantes de Hushé y sus responsables llevaban a cabo otra. Por ejemplo, dentro del área de agricultura se ha creado un vivero de árboles que se distribuirán entre todos los habitantes para la repoblación forestal de la zona. Para su ejecución, Sarabastall aportó el dinero y la formación necesaria para plantar y cultivar, pero los habitantes de Hushé han contribuido con su trabajo personal y han puesto al servicio de todos, la tierra en la que se ha llevado a cabo.
Existe un momento decisivo en el desarrollo de este proyecto que debemos destacar y dar a conocer. Nos referimos a la plena incorporación de las mujeres de Hushé. Todos conocíamos, y llegamos allí con la idea, de que las mujeres nunca podrían ser nuestras interlocutoras por las características de la propia cultura musulmana. Los carteles distribuidos por el pueblo recordaban que estaba prohibido fotografiar a las mujeres. Estaba…
Primero fueron sus miradas esquivas, pero curiosas, que nos hacían pensar que aquellas mujeres nos seguían desde lejos. Luego vinieron los primeros y breves saludos al cruzarlas en las calles. Pronto una cómplice invitación a té. Siguieron las reuniones, las peticiones y los compromisos. Finalmente cabe señalar que sin la incorporación de las mujeres organizadas al proyecto, los resultados no serían los que son.
Han sido motor y entrega generosa. Han participado en clases de formación sobre higiene y alimentación. Se han organizado como brigada de limpieza en el pueblo. Han influido en la asistencia de las niñas a la escuela. Y todo ello junto a sus múltiples responsabilidades como son la casa, los hijos, el cuidado de los animales, el trabajo del campo…
LOS RESULTADOS. Es aquí, cuando llega el momento de evaluar los resultados, cuando retomamos el título que encabeza este escrito, “Hushé: el éxito de un modelo de cooperación”.
Y antes de pasar a desglosar en qué datos nos basamos y cuales son los resultados que nos permiten utilizar este título, nos gustaría acercarnos al significado literal de las palabras, que ya son por si solas elocuentes:
ÉXITO (Del lat. exĭtus, salida). Resultado feliz de un negocio, actuación, etc. Buena aceptación que tiene alguien o algo. Fin o terminación de un negocio o asunto
MODELO (Del it. modello).Arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo.
COOPERAR (Del lat. cooperāri). Obrar juntamente con otro u otros para un mismo fin.
El ÉXITO, no lo ciframos únicamente en que el proyecto haya llegado a su fin, sino fundamentalmente porque se han ido obteniendo los resultados esperados, y en muchos aspectos se han superado con creces. Hablar de éxito es hablar de rostros felices, de sonrisas, de alimentación, de crecimiento…
En Hushé el número de niños y niñas que asisten a la escuela se ha incrementado en más de un 40%. Más de diez niños y niñas han completado estudios superiores fuera de Hushé. Los maestros han seguido cursos de reciclaje y de perfeccionamiento.
En este momento funciona con éxito y regularidad una pequeña biblioteca que permite a los más pequeños llevarse libros a casa. Gracias a la instalación de calefacción y las obras, el curso escolar ya no se interrumpe en invierno.
El seguimiento médico nos habla de mejora de la calidad de vida. En los últimos años han descendido el número de enfermedades y la gravedad de estas de manera espectacular. Un dato que satisface enormemente a los compañeros médicos, es el hecho, de que durante el último año no se haya dado ni un solo caso de mortalidad infantil.
La formación en el Hospital MAZ, en Zaragoza, que durante tres meses siguió Ghulam, el sanitario de Hushé, reforzada por la que cada verano le ha dado el equipo médico, ha sido decisiva. Y en estos momentos gracias a una beca de estudios sarabastall, una mujer de Hushé se ha formado en Lahore y va a ejercer la medicina especialmente dedicada a las mujeres en la aldea.
Habla de éxito el recién estrenado lavadero público, con sus correspondientes aseos, exclusivos para mujeres. Mejora la higiene, pero sobre todo facilita el trabajo a las mujeres y a los niños, que son quienes realizan estas tareas.
Y esa mejora en la calidad de vida viene también determinada por el desarrollo de la agricultura. La mejora en la producción, la introducción de nuevos cultivos, ha hecho que se diversifique y sea más completa la alimentación.
Habla de éxito la producción de patatas, que además de aumentar el consumo propio permite vender parte de la cosecha. Los primeros árboles plantados ya se cubren de color en verano, y ya se han visto en Hushé las primeras cerezas.
Guisantes, coles, girasoles… El paisaje ofrece más luz. La tierra que según los análisis de expertos españoles no era adecuada para el cultivo, y era imposible germinar vida de ella, abonada con el esfuerzo, el tesón, y la dirección correcta, ha comenzado a dar sus frutos.
Habla también de éxito la limpieza en las calles, a pesar de que todavía no existe una canalización de los saneamientos. La aparición de las primeras papeleras. Las manos y los rostros de los niños y niñas que ofrecen un aspecto más limpio y saludable.
Y por supuesto, habla de éxito ese edificio que ya es un referente en el paisaje de Hushé. Hemos visto como se levantaba, desde sus cimientos hasta el incipiente tejado que el pasado verano ya asomaba como símbolo de conclusión. En la próxima primavera el refugio-hotel podrá ser utilizado, y se abrirá una nueva etapa.
Para nosotros éste, es un MODELO de cooperación, porque tanto los métodos utilizados, como el sistema de trabajo, han sido eficaces y pueden servir como ejemplo, para poner en marcha un nuevo proyecto, en cualquier otro lugar. De hecho nos llena de satisfacción comprobar como en aldeas cercanas, otros proyectos de cooperación han modificado sus líneas de actuación, planteando modelos similares al utilizado en Hushé.
Por último señalar, que éste, ha sido verdaderamente un proyecto de COOPERACIÓN. En ningún momento se han dado pasos sin contar con la opinión, ni con los deseos de la población.
Hemos escuchado y hemos intercambiado opiniones, y el principio básico para cualquier actuación ha sido el respeto. Respeto a las tradiciones y a la cultura del país. Siempre en contacto con las autoridades, para no duplicar esfuerzos y coordinar las aportaciones. Cooperación con otras ONG del propio Pakistán, es el caso del Aga Khan, fundamental en el tema de la construcción del refugio-hotel.
En esta tarea ingente de escuchar y respetar a los beneficiarios del proyecto, ha sido fundamental la participación de un traductor, Ali Madad, un joven pakistaní que ha sabido entender y transmitir en un español perfecto, nuestros objetivos y los del pueblo de Hushé. Ali, ha sido un cooperante más.
FUTURO. Aún habiendo llegado prácticamente al final de nuestra presencia en Hushé, quedan algunas tareas por hacer. Es imprescindible, poner en marcha el Refugio. De su funcionamiento deben salir los recursos económicos que permitirán seguir becando alumnos, mejorando los cultivos, pagando medicinas, y creando puestos de trabajo para algunas personas.
En ello seguimos trabajando, con la esperanza de que en este mismo año los primeros clientes puedan alojarse en Hushé. A partir de ese momento el futuro estará en sus manos, y Hushé será, lo que sus hombres y mujeres quieran que sea.
Concluye aquí un resumen, de lo que en estos años, concretamente nueve, hemos realizado en ese inmenso rincón del Karakorum. Como al principio, seguimos diciendo, “uno de los rincones más bellos de la tierra”, pero ahora ya no decimos “y uno de los más pobres”.
Profundizar en Hushé, descubrir a sus gentes, nos ha dado mucho, tanto que no es posible explicarlo. Los hombres y mujeres de Hushé son ricos en tesón, en esfuerzo, en coraje. Son ricos en cariño, generosos en sonrisas. Y son esos valores los que nos dan plena confianza, ¡saldrán adelante!
El pasado día 5 agosto, cuando el equipo de voluntarios de Sarabastall partía de Hushé y se fundía en un abrazo de despedida, la emoción no se pudo contener. Aquel viaje, continuaba para todos, pero por caminos diferentes. Estamos seguros que todos llegaremos a buen puerto. Y como dice Teresa Martín en sus lecciones de ausencia:
“…y llegarán los días del principio
de madurar sin miedo
para saber entonces que la ausencia
es no necesitarnos”